En el año 2009 abrí un blog con una finalidad subversiva que
ahora no viene al caso y que por circunstancias se quedó en nada. Todavía tengo
acceso a ver el blog con su página virginal pero no puedo editarlo porque he
olvidado los datos que utilicé. Eso me pasa por haberme rajado en su momento.
En aquella ocasión también pensé utilizarlo para contar
algunas de las aventuras y desventuras que ocurren en mi trabajo y que, aunque
a mí ya me parecen normales en la mayoría de los casos, para las personas que
me rodean son curiosas y, a veces, divertidas. Otras veces no son tan
divertidas, pero todo se andará. Así saciaré el deseo de algunas de ellas de
saber qué ocurre en mi trabajo, que no todo es poner denuncias a los obreros ni
estar en los bares.
Ahora he pensado retomar aquella idea y añadir otras
cuestiones un poco más personales (sin entrar en intimidades, ya lo advierto
para los de mente calenturienta) con motivo de mi vuelta a la niñez/adolescencia
mediante el oneroso sistema de la ortodoncia. Mis dientes, que nunca han estado
colocados del todo, han comenzado un proceso de migración que amenaza con
finalizar en la despoblación de las encías y me he decidido a poner remedio,
más que nada para tenerlos colocados y cuando tenga que reponerlos mediante
implantes, o lo que la tecnología nos depare en un futuro, que los huecos estén
ordenados y facilitar el trabajo al dentista y seguramente a mi bolsillo y a mi
estética (que aunque fea es la mía). Con esa excusa inicio mi periplo pseudoliterario
hasta que me canse de escribir.
Seguramente añadiré otros capítulos de cosas que vayan
surgiendo y espero no meterme en berenjenales políticos, deportivos u otros que
puedan ser polémicos y molestar a los lectores que pudiera llegar a tener. Y si
alguien se molesta no tiene más que decirlo y buscaremos algún punto de
acuerdo, que la vida no está para perder amistades.
En este momento desconozco la periodicidad de mis escritos.
Imagino que según vaya teniendo cosas que contar. A veces será semanal y otras
estaré un par de meses sin escribir, dependiendo de las ganas que tenga y del
material que haya disponible.
Si os interesa, os podéis suscribir poniendo vuestra
dirección de correo electrónico a la derecha, debajo de mi foto, y haciéndome saber que queréis que os incorpore a la lista de distribución de mi correo y así cada vez que haya una entrada nueva os avisaré y estaréis al
tanto de las publicaciones que vaya añadiendo. También me publicito en Facebook, en Google + y en el Twitter, por si queréis seguirme por otra vía tecnológica.
Os animo a haceros seguidores dentro de la página del blog. Si un día tengo ganas haré un sorteo de abrazos entre todos los que me sigan, y si no lo hago, vuestra presencia servirá de alimento a mi ego.
Muchas gracias por vuestra paciencia y espero que os gusten.
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Muchas gracias por vuestra paciencia y espero que os gusten.
Seguro que tu trabajo es una fuente inagotable de anécdotas porque, como dicen los ingleses, "no hay nada tan raro como la gente". Si a eso unimos la picaresca española en el trato con las autoridades, apuesto a que pasaremos buenos ratos leyendo tus entradas.
ResponderEliminarGracias por tu apoyo.
EliminarSí, hay gente muy rara y no tienes que mirar mucho más allá de este autor, pero los raros son los que dan diversidad a este mundo.
Me alegro mucho de esta reaparición. Por descontado que me hago seguidor de tus vicisitudes laborales (que darán de sí) y personales, porque ya nos has contado la circunstancia buco-dental, je,je.
ResponderEliminarSabes que esto engancha, al menos al principio. Si dispones del tesoro tiempo seguro nos deleitas y métete en algún vergel ja,ja.
¡ Saludos y un abrazo literario (o al menos bloguer), siberiano !
Yo opino que se puede hacer literatura en este medio...
Garcias MAESTRO.
EliminarMi blog no será tan cultural como el tuyo pero espero que sea igual de ameno y os saque alguna sonrisa.
Maestro y cultural... je,je, Maestro es Juan Planelles y ya tenemos un nexo "cultural" futbolero y es que el entrenador Calderé es querido en Burgos y en Castellón, pronto idolatrado.
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