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viernes, 20 de octubre de 2017

Un viaje a Nueva York: de compras y de mal a genial.

Jueves, 20 de octubre de 2016

Hoy poco que contar.

Han debido de prohibir las sirenas por la noche porque ya no se oyen. Los ronquidos siguen autorizados.

Paseo matutino por el "barrio de Sara", que es la parte sur de los rascacielos. Edificios más o menos logrados y casi todos muy altos. Pasamos por la Biblioteca Pública del Estado de Nueva York a ver si se nos pega algo de cultura y a aprovechar los "Rest room" gratuitos, que se traduce de un modo finolis como "sala de descanso" y que en castellano los llamamos retretes o urinarios.
   
El "Flatiron"

La biblioteca. Aunque casi no se me ve, estoy ahí.

Para finalizar la mañana hemos visitado la tienda de los m&m's, que no son más que Lacasitos a precio de oro y que han conseguido que su tienda, en la que se vende de todo con la forma de la pastilla de chocolate, sea un referente turístico. Hay m&m’s de todos los colores y tamaños imaginables a precios inimaginables. Y se venden.


Aprovecho para comprar unos regalos a mi niña (o ya no tanto) y me surge el problema de la talla, que si no me sé la mía menos todavía la de la muchacha. Pero, como la tienda está llena de gente, oteando entre los clientes vi a una joven de la edad y tamaño de mi hija. Pues a pedirle a la madre que me la prestara para comprobar la talla, cosa que hizo con gran diligencia mientras el padre me miraba con cara de comprensión y solidaridad.


     

Comida a la americana: doble hamburguesa ahumada con bacon también ahumado y queso fundido y esparcido por el envoltorio para tener que rechupetear el papel. La hemos comido en un parque rodeados de gente que hacía lo mismo que nosotros (comer, no rechupetear el envoltorio) y además hacía negocios, que así no puede sentar bien la comida. Para que a nosotros nos sentara bien, nos pasamos por nuestra base de operaciones (casa Sara) a echar una cabezada.

Por la tarde quedamos con Sara para hacer unas compras y ver unos centros comerciales con las escaleras mecánicas originales de madera y en el que ya venden todo para Navidad (y todavía no hemos pasado Halloween), que aquí todo va muy deprisa y sobre todo, el consumo.

 


Cena tranqui en casita y a dormir pronto, que ayer se durmió poco tiempo y estamos cansados.

Seguiremos informando.


Viernes, 21 de octubre de 2016

Esta noche se ha lucido el solista de los ronquidos.

El día ha empezado mal. Lluvia constante y fina pero que no nos quitó las ganas de salir, así que cogimos los trastos, los chubasqueros y un paraguas y tras saludar al portero chino, que nos sonrío amablemente, nos lanzamos a la aventura, que duró exactamente tres calles porque la lluvia nos hizo cobijarnos y nos demostró que el chubasquero de Pepe es como el filtro de una Melita. Media vuelta a casa a pertrecharnos mejor y el portero chino al entrar nos sonríe amablemente con una cierta expresión lastimosa.

Cambio de pantalones y de mochila, abandono de cámara, debate de cambio de planes, puesta de chubasquero completo y, al salir, el portero chino nos sonríe amablemente con expresión alegre por nuestra salida y divertida por nuestra pinta.




A dos manzanas, y menos mal que no habíamos cogido el bus, oigo al cuñao decir algo así como "cagüensuputamadre" y no sé por qué pero, de modo instintivo, me toqué el bolsillo y me di cuenta de que, con el cambio de ropas, nos habíamos dejado los teléfonos, imprescindibles para las fotos y para quedar con Sara. Esta vez el portero chino estaba ocupado con un cliente y no dijo nada, pero como los chinos tienen los ojos largos por los lados nos debió de ver de reojillo, porque al salir otra vez nos sonrió amablemente pero con un cierto aire de descojono.

Autobús y hasta el High Line, que es una antigua vía del tren en altura que han conservado, restaurado y reconvertido en un paseo ajardinado y agradable pero sin ser la maravilla que venden las guías.

Restos de la vía del tren dejados como reliquias.


Un antiguo pasadizo del tren.

Una estatua muy realista en medio del High Line (Pepe es el de rojo)

Comida en el curro de Sara, donde nos pusimos hasta las orejas (nos ahorraremos la cena) mientras la niña comía y trabajaba en su ordenador, como hacían otros, que yo sigo pensando que eso no puede ser bueno. A nuestro lado un chino con sus invitadas, una de ellas china y otra co-china que se pasaba la seda dental en la mesa tras su comida, mientras su anfitrión se ponía en un semi-loto con los dedos anular y gordo haciendo un círculo sobre la mesa y a mí se me caían las lágrimas con el espectáculo y Sara decía que es habitual ver lo de la seda, aunque no me quedó claro si lo de habitual se refería a los chinos, a los empleados o a los empleados chinos. A ver si le pregunto al portero cuando volvamos.


  
Luego visita completa al edificio principal de trabajo, o de juegos, o de engorde o de lo que sea donde, mientras la joven se enchufaba a cualquier lugar para seguir trabajando, los mayores nos dedicábamos a la rapiña de m&m’s, chocolatinas, limpiagafas, y otras cosas varias a disposición de los trabajadores. La visita fue mucho más interesante que la del MOMA (y más productiva).

 
Me ganó.

Aquí es gratis, pero recuerdo cuando me costaba 25 pesetas.


La cafetería, para ponerse a reventar.
Al acabar había salido el sol y nos dimos una vuelta por el Chelsie Market, mientras Sara se tomaba una cerveza con unos amigos.

Para completar la tarde-noche nos fuimos al Empire State a ver la ciudad desde arriba, en esta ocasión de noche. Tras aguantar cola de entrada, cola de taquillas, cola de pis y cola de ascensor, llegamos a la planta 86 a disfrutar de unas fantásticas vistas nocturnas y a pasarlo pipa con nuestra técnica especial de hacer selfies a dos móviles (uno ilumina y otro fotografía). Cuando ya nos habíamos cansado de ver la ciudad, las nubes se pusieron tercas y nos marchamos a casa a cenar.

A la izquierda se ve Times Square (la parte más iluminada, pero en la calle) 
El edificio del fondo es el One World, triste pero digno sustituto de las Torres Gemelas.




"Selfie" a dos móviles para evitar un contraluz. Uno ilumina y el otro hace la foto.
   
Lo que empezó como un día de mierda se acabó transformando en una estupenda jornada. A veces, no hay nada como improvisar para que las cosas salgan bien.

Sólo me queda la pena de que al volver no estaba el portero chino para enseñarle cómo es una peineta española, y que en otra ocasión se ría de su madre.

Y ahora a dormir, aunque creo que tengo entradas para un concierto que no puedo eludir.

Hasta mañana.


4 comentarios:

  1. Que buenos recuerdos, leerlos ha sido volverlos a vivir. ¡¡ que noche la de aquel día....en el Empire !!!. Grande...hoy mi alma viajera esta reposando en nuestro León y su Parador, no es tan alto pero tiene más historia. Un abrazo compañero de viajes.

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    1. Pues sí, buenos recuerdos. De la visita al trabajo hay un vídeo que es mejor que no vea nadie o no nos volverán a permitir entrar allí. Lo del Empire es para repetir, con una noche que salió perfecta, entre nubes que respetaron la visita y que la hicieron única. Y lo pasamos bien.
      Tu viaje de hoy a León tendrá más historia pero sobre todo tiene mejor compañía. A seguir disfrutando.
      Un abrazo.

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  2. Bonitas imágenes, desde las vistas de NY hasta la biblioteca pasando por el revés pingponguero del deportista escribiente. Las compras siempre son un rollo aun en América y me quedo con la hamburguesa de bacon y queso tb americana que me suelo pedir en el Mc Donald´s cercano a... Castalia stadium.

    Nos quedamos sin saber si el concierto era de música country, clásica o siberiana...
    ¡Saludos calurosos!

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    1. No sabía tu afición hamburguesera. Tu afición futbolera vuelve a quedar clara. Te van a acabar nombrando socio de honor del CDC.
      Las vistas son únicas, tanto las del Empire como las del revés pingponguero (ni me había fijado que estoy dando un revés). Anímate a ir por allí.
      Y lo del concierto de ronquidos ofrecido por mi compañero de viajes, y autor del comentario anterior, estuve pensando añadirlo a la entrada, que lo tengo grabado, pero sólo se pueden poner imágenes o vídeos y no he encontrado el modo de subir sonido. Lo tengo que convertir a vídeo y entonces pesa mucho. De eso os vais a librar.
      Gracias por el caluroso saludo, que en Siberia comienza a bajar la temperatura.

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